¡¡Hola!! Estrenando blog

¡¡Hola!! Probablemente habréis llegado hasta mi cesta desde la madriguera de Ayry, mi dueña. ME presentaré. Ésta soy yo, me llamo Liuva, y soy una gata común europea con el pelaje negro. Pero no es negro del todo, Ayry encontró una pequeña zona en mi pecho con unos cuantos pelitos blancos que me hacen una manchita. Y no soy de esos gatos que traen mala suerte, nonono, eso son puras supersticiones. Los gatos siempre traemos buena suerte, ya que como todos los animales de compañía, aportamos amor y cariño a aquellos quienes nos cuidan y nos quieren.



Tengo ya seis meses de edad, así que soy una gata bastante grandota, a pesar de que Ayry siempre me llama "enanilla". Nací el 4 de Julio del 2007, junto con mi hermano Blaz que es también negro como yo, y mi hermana Ava, que es carey a diferencia de Blaz y yo. No conocí a mi padre, y apenas recuerdo a mi madre, aunque supongo que sería de un color parecido al nuestro. Mi madre era una de tantas gatas domésticas, que cuando nos tuvo a nosotros, los dueños decidieron que éramos una molestia y que era mejor deshacerse de nosotros. Y nos separaron de nuestra madre, pero al menos tuvimos la suerte de que no nos separaron entre nosotros.

Ni siquiera habíamos sido destetados, y nos metieron en una fría caja de zapatos a los tres. Nosotros lloramos, porque queríamos volver al lado de nuestra madre, estar calentitos y acurrucarnos a su lado para beber de su rica leche. Y nuestra madre también lloró, y maulló llamádonos, pero no la volvimos a ver.

Lo siguiente que recuerdo, fue que nos tiraron dentro de un contenedor de basura. Hacía frío, a pesar de ser verano y había muchos olores raros que no conocíamos, y ninguno era de nuestra madre. Teníamos hambre y estábamos asustados, así que nos pusimos a maullar y a llamar a nuestra madre. No entendíamos por qué nos habían dejado allí. Estuvimos un buen rato maullando, y ella no vino. Pero sí vino otro ser, una de esas criaturas grandes que andaban a dos patas como la que nos había dejado allí. Abrió el contenedor, y nuestra caja de zapatos. Y allí nos encontró a los tres. Creo que se sorprendió bastante, quizás no esperaba encontrarse a tres bebés en la basura.

No podía quedarse con nosotros, y no sabía que hacer, pero no nos podía dejar allí. ¡Teníamos hambre! Creo que nos llevó a algo así como una perrera, pero también había gatos, así que no sé por qué se le llama perrera. Pocas horas después, nos recogía un colaborador que decía que era de una asociación o no se qué llamada GATA, que al parecer recoge animales abandonados y les encuentra un hogar. Ésta foto nos la hicieron los chicos de GATA, es de los tres. Blaz es el que está jugando con el dedo de nuestro cuidador, Ava es la gatita carey que duerme a mi lado y yo soy la que está abrazada a Ava.

Debo decir que me encantó el tiempo que pasamos allí, los tres juntos y bien cuidados. Los chicos de GATA son geniales ^^

Sin embargo, no conocí a Ayry hasta un par de meses después. Creo que fue el 4 o el 6 de Septiembre. Ella había visto mi foto en la lista de gatos que estaban buscando un hogar. Al parecer se lo pensó bastante, pero dice que cuando más miraba mi foto, más se le caía la baba viendo a esa pequeña panterita. Y así, quedó en recogerme del veterinario, y me quedé a vivir con ella. Ésta foto también es de los chicos de GATA, es de antes de que Ayry me adoptase. Cuando llegué a su casa era así, con los ojos azules y más pequeña que su pie. Y eso que ella calza un 40.





Recuerdo que la primera noche me encantó, todo era muy grande y nuevo para mí, y me encantó explorar la casa. Ayry se quejó porque no la dejé dormir en toda la noche, pero yo creo que no fue para tanto. Además, a ella se le caía la baba viendo cómo intentaba subirme a la cama, y cuando me subía para dormir encima de su cara.

Y en fin, ésa es mi historia, al menos, hasta ahora. Ahora quiero mucho a Ayry, y ella también me quiere mucho a mí. Hago prácticamente lo que quiero en casa, aunque a veces ella me regaña y me tira los cojines para que no arañe los muebles, y no entiendo por qué no me deja, pero bueno. Me sigue gustando dormir encima de ella, cuando se sienta a ver la tele me tumbo en sus piernas y cuando ella se mete en la cama para dormir, yo me duermo a su lado.

Me gusta comer, me gusta que Ayry me deje probar esas cosas que come ella. A veces me deja, no siempre, y muchas veces son cosas bastante ricas. El otro día, por ejemplo, comí pollo y me encantó. Sé que guarda todas esas cosas en un cacharro grande llamado nevera, al cual tengo prohibido el acceso, y siempre que intento entrar a ver qué es lo que hay, ella me suele apartar diciendo que no hay nada. Seguro que miente.

Me gusta el pienso, la leche, las latitas que ella compra y la pasta de malta. Dice que soy una gata un poco rara, porque las magdalenas y las patatas fritas también me gustan. ¡Me gusta todo! También me gusta dormir, me paso el día durmiendo, y jugar con la pelota de goma blanca y negra que me regaló Ayry. ¡Se mueve sola! Me pasaría horas persiguiéndola. Y también me gusta jugar con las trenzas de Ayry, Ayry tiene dos trenzas muy muy largas, y cada vez que intento cazarlas ella me dice lo de: "Noo, eso no se come, toma, juega con tu cuerda". Pero a veces sí me deja cogérselas.

Mi cuerda también me gusta mucho, me la regaló Ayry cuando llegué y fue mi primer juguete. Es una cuerda normal, procedente de un rollo de cuerda que ella compró. Pero es divertido perseguirla cuando ella la mueve. Y me gusta también mucho mi plumero, me lo regaló por Reyes, y es precioso, de un color verde chillón con tres plumitas rojas (de las cuales queda una y media, Ayry dice que es porque yo soy una borrica, pero en realidad es ella que mueve el plumero muy deprisa y las plumas se rompen). Creo que en mi siguiente entrada os enseñaré mis juguetes :D

No tengo nada más que contar sobre mí. Supongo que actualizaré semanalmente, o cuando Ayry pueda, que es ella la que teclea. hasta entonces, nos leemos, y espero veros en mi próxima entrada.

Besitos y miaus!!